Evitar insolaciones y prevenir golpes de calor

Los cuidados infantiles durante el verano y mantenerlos protegidos. 

Un ejemplo claro es la insolación, que es debida a la exposición prolongada y directa al sol. Esto puede provocar dolores de cabeza, náuseas, vómitos, malestar, vértigo, taquicardias, incluso llegar a perder la consciencia. En cambio, los golpes de calor son situaciones de calor extremo en las que se pierde el control sobre la regulación de la temperatura pudiendo provocar efectos muy negativos en la salud, ya que la temperatura corporal puede llegar incluso a los 42 °C y provocar fallos en todo el organismo.

En cualquiera de estos casos debemos proteger a toda la familia, con mayor incidencia en los más pequeños:

  • La hidratación es fundamental (beber agua a sorbitos cada poco tiempo, comer fruta, verduras, etc.).
  • Llevar ropa que ayude a transpirar, fresca, ligera y de tonos claros. Y llevar gorras, sombreros, etc. y gafas de sol.
  • No exponerse al sol de forma prolongada durante las horas centrales del día (programar las actividades al aire libre a primera hora de la mañana o última de la tarde).
  • La casa hay que intentar mantenerla fresca: persianas bajadas, crear corrientes y hacer uso de ventiladores o aire acondicionado.
  • No dejar nunca a los niños dentro de los coches.

 

Protección solar adecuada

Según la AEPap, utilizar un fotoprotector adecuado durante los primeros 18 años de vida puede reducir hasta un 78% el riesgo de cáncer cutáneo en la edad adulta. Todas las prácticas sanas que evitan o minimizan la exposición solar y que evitan las quemaduras solares deben comenzar lo antes posible en los niños para que se conviertan en algo habitual.

La protección solar es fundamental en estos momentos. Algunas medidas, siempre adaptadas al fototipo de la piel del niño o niña, pueden ser:

  • No exponerse prolongadamente al Sol; no hacerlo en las horas centrales del día y realizar la exposición de forma gradual.
  • Utilizar sombrillas y/o buscar sombras.
  • Las cremas de fotoprotección deben ser resistentes al agua con un factor de protección superior a 15. (Factor alto media hora antes de salir de casa; y ya en el exterior, repetir las aplicaciones con el factor adecuado al tipo de piel y según la actividad). Es importante conocer el FPS (Factor de protección solar)
  • Intentar cubrir la piel de los pequeños lo más posible cuando estén bajo el Sol.
  • Llevar gorros o sombreros con ala ancha y gafas de sol oscuras, con filtro para rayos UV.

 

Evitar ahogamientos: extremar la vigilancia en el agua

La AEPap señala que la asfixia por inmersión o ahogamiento supone el 8% de la mortalidad infantil en verano, especialmente en niños menores de 5 años y en varones adolescentes, en los que aumenta el peligro cuando se asocia el efecto del alcohol. Para tratar de evitarlo:

  • Intentar que los niños/as aprendan a nadar sobre los 4 años de edad.
  • Extremar la vigilancia activa cuando los menores están en el aguaaunque sepan nadar.

Hay muchas otras recomendaciones, pero todas ellas deben darse desde el sentido común y la experiencia de los especialistas.

En conclusión, los cuidados extraordinarios que se deben dar a los niños durante el verano deben ir acompañados de una educación temprana en la prevención y en el autocuidado para que entiendan por qué se toman estas medidas y permitan crear hábitos saludables para toda su vida.

Recuerda que si tienes dudas, tu farmacéutico está para ayudarte.